jueves, octubre 16, 2008

EL LEGADO ESTADÍSTICO DE UNA NOCHE HISTÓRICA

Dedicado a Javier Cortijo, alias Julius Bird, y a Mo Sweat


La noche del 13 de diciembre de 1983 los astros se alinearon para que los 9.655 espectadores que asistieron al McNichols Arena de Denver fueran testigos de uno de los mayores espectáculos que se han contemplado jamás sobre una cancha de baloncesto. Fue preciso que se asociasen los talentos y voluntades de los Nuggets, un equipo que hizo del ataque desenfrenado su seña de identidad durante los 80 y un rival, los Detroit Pistons, que no tuvo miedo aquella noche de cruzar el umbral de la locura, algunos años antes de hacer del juego duro y físico su bandera. Unos y otros se conjuraron para convertir el objetivo último del juego: anotar al menos un punto más que el adversario, en objetivo único del juego y se entregaron a un frenesí encestador como no ha conocido jamás la historia de la NBA y seguramente ya no volverá a conocer. Cualquier otra cosa que no fuese anotar y anotar dejó de tener importancia. La táctica, la defensa o la presión se convirtieron en capítulos arrancados de cuajo del viejo manual del baloncesto, el mismo que enarbolan algunos para cargarse de razón cuando utilizan la expresión “lo importante es la victoria” para justificar el espectáculo feo y aburrido en el que a veces convierten este deporte.

Un repaso apresurado a la estadística generada aquella noche produce escalofríos, pero seguramente está muy lejos de permitirnos alcanzar a comprender lo que debieron sentir los privilegiados que contemplaron en vivo aquella gesta. Un resultado final de 186-184 tras tres prórrogas. 370 puntos obtenidos entre ambos equipos. Doce jugadores en cifras dobles. Cuatro jugadores por encima de los 40 puntos. 142 canastas anotadas con un increíble 57% de acierto conjunto en el tiro.

Ya sé lo que estáis pensando. El baloncesto es algo más que atacar y anotar sin tregua. La defensa y la táctica son aspectos fundamentales del juego hoy en día y no admitirlo equivale a no apreciar al cien por cien lo que este maravilloso deporte puede ofrecernos. Estoy totalmente de acuerdo. Pero si me permitís la comparación, también abusar del marisco es malo para la salud y no por ello en Navidades dejamos de pegarnos un atracón de langostinos.

Este post se lo he dedicado a Julius Bird y a Mo Sweat, dos ilustres blogueros. Al primero en recuerdo de su blog “Mikan Versus Knicks” junto con el de Peter Mihn el mejor blog de baloncesto que ha habido y que habrá. Un blog que pasó a mejor vida por culpa de los inútiles de blogger y en cuyas páginas algunos tuvimos la ocasión de descubrir joyas como la que encabeza este post, de donde yo lo copié en su momento. Al segundo, por ser quien para mí representa ahora mismo ese espíritu ochentero que tenía el blog de Julius, aunque en "Mikan versus Knicks "tuvo cabida el baloncesto de todas las épocas. Por las venas de Mo Sweat no corre sangre, sino pura NBA de los ochenta, la época dorada del basket. Y además su equipo ganó el anillo en el año en que se disputó este partido.

Por cierto, creo que no he dicho quién ganó al final, pero ¿a alguien le importa?

jueves, octubre 09, 2008

AL SERVICIO DE SU MAJESTAD

Dedicado a Susana, Pablo, Cesar y Yoli, cuatro nuevos lectores muy especiales

Una forma como otra cualquiera de titular un artículo cuyo único objetivo es analizar el roster de los Cleveland Cavaliers para la campaña 2008-2009 y, de paso, las aspiraciones del equipo en este largo preludio de la que probablemente será la temporada más tortuosa del equipo, la 2009-2010 al final de la cual sabremos la elección de “El Elegido”

Mientras llega el ansiado momento los Cavs deben afrontar un curso que puede aportar argumentos definitivos a Lebron para tomar su decisión en un sentido o en otro. Por primera vez en mucho tiempo, Danny Ferry y los responsables técnicos del equipo han actuado con una cierta coherencia, intentando solventar las necesidades de la plantilla dentro del escaso margen de maniobra que permite una carga salarial desorbitada (fruto de las estúpidas decisiones del pasado) que ha convertido a los Cavs en la segunda franquicia más cara de la liga, lejos aún de los inalcanzables Knicks.

A mediados de agosto los aficionados leíamos incrédulos la noticia de que, por fin, Ferry nos brindaba la posibilidad de jugar con un base puro: Mo Williams. Probablemente hubiera opciones mejores en el mercado, pero como ya ha quedado dicho el margen de maniobra era escaso. Como contrapartida de este movimiento que involucraba a Cavs, Bucks y a la nueva franquicia de Oklahoma, Damon Jones era traspasado al equipo de Milwaukee y Joe Smith daba con sus huesos en el equipo antes radicado en Seattle. Ninguno de los dos supone una gran pérdida para los Cavs. Jones ha sido una rémora más que otra cosa y es uno de los principales responsables del mal ambiente que reinó en el vestuario la pasada temporada. En cuanto al veterano y experimentado Smith, creo que no le echaremos de menos. El rookie J.J Hickson progresa a pasos agigantados en la tarea de cubrir su hueco en el equipo.

En un claro intento de no reproducir los errores del año pasado con las interminables renovaciones de Pavlovic y Varejao que tan caro le costaron al equipo, Ferry hacía a tiempo los deberes y zanjaba la extensión de los contratos de Delonte West y Daniel Gibson, renovaciones merecidas y que deben servir para apuntalar la confianza de ambos jugadores. Williams, West y Gibson tienen a partir de ahora la responsabilidad de asumir la dirección del juego del equipo. Aunque muy jóvenes (el mayor, Williams, cuenta tan solo con 25 años) los tres tienen la suficiente calidad y experiencia como para afrontar el reto con garantías. Las incorporaciones de los ex-grizzlies Tarence Kinsey y Lorenzen Wright, un joven con ganas de demostrar que tiene un sitio en esta liga y un veterano que pude aportar en los momentos importantes, ponen el broche a una pretemporada interesante desde el punto de vista de la gestión, lo que nos hace pensar a los seguidores de Cleveland que los médicos de Ferry ha dado con el adecuado cóctel de fármacos para curar la esquizofrenia que padeció el año pasado.

BASES:


Mo Williams. Sin duda el protagonista del verano cavalier. Un base de verdad. No es una estrella de la liga, al menos no lo es ahora pero su talento y juventud deben hacernos mirar el futuro con ilusión. 17,2 puntos y 6,3 asistencias por partido el año pasado con los Bucks son una garantía. Aunque quizá su mayor contribución al equipo no tendrá que ver con el apartado estadístico sino, más bien, con un cambio importante en el estilo de juego. Con Williams en cancha los Cavs tendrán más fácil pisar el acelerador en el juego de transición y aprovechar, de una vez, las cualidades de Lebron en este aspecto del juego.

Delonte West. Después de una temporada rookie prometedora, en la que manejó con acierto el juego de los Celtics, entre unos y otros consiguieron que olvidara quien es. Un jugador sin confianza no es nadie y eso es precisamente lo que ha recuperado en los Cavs. La nunca resuelta polémica sobre si es un base o un escolta carece de importancia ahora que Mo Williams está en el equipo. Jugará indistintamente en ambas posiciones y en las dos lo hará bien, pues talento tiene de sobra para ello.

Daniel Gibson. La pasada temporada las lesiones le impidieron mantener el ritmo de partidos necesario para asentar su juego. El partido entre rookies y sophomores durante el último All Star es solo una muestra de lo que es capaz de hacer. Un tirador excepcional. Seda pura como diría Juanejo. Este año puede y debe aprovechar los huecos que inevitablemente provocan los sobremarcajes que sufre Lebron. Y ayudar en la dirección del juego, la faceta en la que menos ha progresado.

Eric Snow. El assistant coach mejor pagado de la liga, pues eso y no otra cosa lleva haciendo durante los últimos años. Con un contrato de 7,3 millones de dólares que expira al final de esta campaña, su destino no puede ser otro sino ser traspasado allá por febrero a algún equipo necesitado de liberar salario y quizá, seguramente, ser cortado y volver al equipo para seguir enriqueciendo al coach Brown con sus conocimientos tácticos (nótese la ironía de esta última frase)

ALEROS:

Wally Szczerbiak. Un caso perdido. Y bien que lo siento, dado la profunda admiración que siento por su augusto padre. No puede ser casualidad que haya vestido la camiseta de cuatro equipos distintos en las últimas tres temporadas. Desde que fue All Star en 2002 no ha hecho más que bajar su rendimiento. En los Cavs, desde luego, no ha dado de sí lo que se esperaba. Esto, unido a su elevado salario de 13 millones de dólares, y al hecho de que termine contrato a final de temporada casi le garantiza un nuevo cambio de equipo para la próxima temporada. No olvidemos que los Cavaliers también tienen que hacer hueco salarial antes de 2010.

Tarence Kinsey. Vivió su momento de gloria durante los partidos de la basura en su temporada de debut con los Grizzlies de un Pau Gasol bastante alicaído por aquella época. Después la cruda realidad, las dificultades para encontrar equipo y la necesidad de emigrar a Europa, donde disputó 14 partidos con el Fenerbahce Ulker de Estambul. Los Cavs le brindan ahora una nueva oportunidad para demostrar sus cualidades. Su mejor baza es su dinamismo a uno y otro lado de la cancha. Su mayor hándicap será su endeblez física. Si no responde en defensa, verá muchos partidos de paisano en el banquillo.

Sasha Pavlovic. Con el bueno de Sasha, casi puede darse por bueno el dicho aquel de lo que mal empieza mal acaba. Tras dilatarse más de la cuenta su renovación el año pasado vimos como su papel en el equipo se alejaba del rol estelar protagonizado a finales de la temporada 2006-2007. La pasada fue una temporada para olvidar. Nunca desde que juega en la NBA ha tirado peor a canasta. Este año tiene mucho que demostrar. Se disputará con Wally un lugar junto a Lebron en los momentos importantes y ambos podrían ceder minutos a Gibson o Delonte si, como parece, Brown tiene la intención de aprovechar las cualidades de Mo Williams para asomarse tímidamente al run & gun.

Lebron James. Después de protagonizar obligado por las circunstancias la mejor temporada de su vida en cuanto a rendimiento individual y alentado por el subidón de la medalla de oro olímpica, la próxima temporada se presenta como la adecuada para dejar claro por si alguien aún duda que el jugador más determinante de la NBA desde que un tal Jordan se retirara nació en Ohio y viste de oro y vino. Cualquier galardón individual que no sea el MVP será un fracaso. Cualquier logro como equipo que no sea repetir, como mínimo, las finales de 2007 será una frustración. Y nadie quiere a Lebron fracasado ni frustrado la temporada previa a decidir su futuro.

PIVOTS:

Ben Wallace. A diferencia de a otros muchos seguidores de los Cavs, a mi no me ha defraudado, sencillamente porque no esperaba nada de él. Uno de los ejemplos más escandalosos del “se dejaba llevar” de los últimos años. El jugador mejor pagado de la plantilla promedió en los 22 partidos disputados en año pasado unos pírricos 4,2 puntos y 7,4 rebotes. Durante los playoffs bajó sus prestaciones y protagonizó momentos deplorables de escaqueo, como ese misterioso dolor de oídos cuando el equipo más le necesitaba. Con 34 años no creo que el físico, su única baza, le permita mejorar su rendimiento. Nos conformaremos con que no empeore. Lo único bueno de Wallace es que acaba contrato en 2010 y con el salario que libera los Cavs podrán fichar a algún crack que haga a Lebron pensarse eso de mudarse a Brooklin.

Lorenzen Wright. Danny Ferry, muy amigo de imitar lo que hacen los General Managers de otros equipos parece haberse inspirado en su tocayo Ainge para incorporar, casi a cambio de cama y comida a un hombre alto veterano y curtido en mil batallas que puede aportar al equipo su experiencia en momentos importantes. Los mejores años de Lorenzo han pasado pero si P.J Brown fue capaz casi con 40 tacos de ayudar a los Celtics a ganar el título el año pasado los aficionados de los Cavs deberíamos, cuando menos, esperar que le eche una mano al equipo en esos momentos en los que la experiencia es un grado.

Anderson Varejao. El tira y afloja de su agente con Ferry por negociar su renovación le costó caro a los Cavs que no pudieron contar con él hasta diciembre. Descentrado, no ha logrado dar el salto de calidad que se esperaba, especialmente en ataque, aunque ha seguido cumpliendo en defensa. Este año tiene que tener más protagonismo en la zona contraria. Auguro una buena temporada. Aunque sólo sea porque al final de esta campaña puede ejercer la player option para marcharse a otro equipo y su agente tiene una familia que mantener,

Zydrunas Ilgauskas. Sigue siendo imprescindible en este equipo. Esta temporada Brown debería alejarle un paso más del aro. No sólo para aprovechar una de las mejores muñecas de la NBA sino para protegerle de los golpes de los pivots rivales. Ya hay suficientes hombres rudos en el equipo para llevar a cabo esa misión. Y Big Z lleva muchas temporadas a sus espaldas. Con ese físico no le queda cuerda para rendir al máximo nivel más que una o dos temporadas. Y Lebron no puede esperar.

LOS ROOKIES:

J.J Hickson. Su rendimiento durante la liga de verano ha sorprendido hasta al mismo Ferry. Dotado de un físico espectacular, la incorporación de Wright podría permitirle jugar un poco más alejado del aro. Para ello deberá mejorar su tiro a tres o cuatro metros. Y en defensa tendrá la oportunidad de aprender un par de cosas de Ben Wallace. Si tiene minutos puede ser un candidato al quinteto de novatos del año.

Darnell Jackson. La segunda elección de los Cavs en el draft de 2008 lo va a tener más difícil que su compañero de promoción. El alero procedente de la universidad de Kansas deberá confirmar las expectativas creadas el año pasado, en el que, promediando 11,2 puntos y 6,7 rebotes, ha jugado un papel importante para que los Jayhawks lograran el título. De su capacidad para adaptarse a su nuevo rol y a una competición bien distinta dependerán sus posibilidades para hacerse un hueco en la rotación.

LOS QUE ESPERAN UNA OPORTUNIDAD:

A día de hoy los Cavs tienen confirmados 14 hombres. La plaza que queda por cubrir tiene 5 pretendientes:

Ronald Dupree. Alero de 2,01 con 5 años de experiencia en la liga. En su mejor temporada, la 2003-2004 promedió con Chicago 6,2 puntos y 3,6 rebotes.

Jawad Williams. Alero de 2,06. Otro campeón de la NCAA, este con North Carolina y en 2005. Viejo conocido de la afición española ya que formó parte del Ata Gestión Fuenlabrada, por donde pasó sin pena ni gloria.

Lance Allred. Ya formó parte del roster de los Cavs la temporada pasada, en la que los problemas físicos de los hombres altos propiciaron un hueco para este pivot blanco de 2,11 en el que se da la circunstancia de ser el primer jugador declarado oficialmente sordo por la NBA.

Vernon Hamilton. un base pequeño y eléctrico con buenas aptitudes defensivas.

Michael Dickerson. El más conocido. Un gran anotador que, tras un prometedor inicio de carrera, ha pasado alejado de las canchas 5 años debido a una hernia de disco. Su último equipo fueron los Memphis Grizzlies, en los que compartió vestuario con un por entonces barbilampiño Gasol.

Si nos atenemos a las necesidades del equipo, la cosa debería estar entre Dupree, Williams y Dickerson. Hamilton no es el tipo de base que necesitan los Cavs y Allred ocupa una posición que está sobradamente cubierta con la plantilla actual. Dado que el estado de forma de Dickerson es una incógnita tras 5 años parado, la cosa debería estar entre Williams y Dupree.

MIS PRONÓSTICOS:

Vamos a mojarnos. Un mínimo de 50 victorias, el título de división y la final de conferencia, previsiblemente frente a los Celtics, son objetivos alcanzables y el equipo está obligado a luchar por ellos. Si se cumplen estas previsiones, Lebron se alzará con toda seguridad con su primer MVP. A partir de ahí cualquier cosa es posible aunque ello dependerá de la habilidad de Ferry para canjear los contratos de Snow y Szczerbiak por refuerzos de garantías. Los Cavs tienen, por fin, un base de verdad, cuentan con el mejor grupo de hombres altos defensivos de la liga y además tenemos a Lebron. No hay excusas para no dar el salto de calidad que los aficionados esperan.


GO CAVS!!!!!!!