
El Zen es una escuela budista que, como todas, tiene su orígen en la India. En su expansión por Asia extendió su influencia desde China a otros paises como Japón, Corea o Vietnam. En Japón la tradición del budismo zen fue recogida por las escuelas Rindai y Soto. Sería precisamente la escuela Soto, cercana a los maestros samurais, la que desarrollaría la técnica de meditación trascendental conocida como zazen que Jackson realiza habitualmente y que ha utilizado en ocasiones con los jugadores de los equipos a los que ha entrenado. Al respecto relata en su libro la siguiente anéndota:
Imbuido de espíritu japones a causa de mis recientes vacaciones en el pais del sol naciente y aún a riesgo de alargar excesivamente el post no puedo resistir la tentación de acudir a las palabras del Maestro Taisen Deshimaru para intentar explicar esta milenaria técnica de meditación.
Zazen es difícil, lo sé. Pero practicado cotidianamente es muy efectivo para la ampliación de la conciencia y el desarrollo de la intuición. Zazen no solamente genera una gran energía, también es la postura del despertar. Durante su práctica no hay que intentar lograr nada. Es unicamente concentración en la postura, la respiración y la actitud del espíritu.
La postura.
Sentados en el medio del zafu (almohadón redondo), se cruzan las piernas en la posición de loto o de medio loto. La columna vertebral bien derecha, el mentón centrado y la nuca estirada, la nariz en la misma línea vertical que el ombligo, se empuja la tierra con las rodillas y el cielo con la cabeza.Se pone la mano izquierda en la mano derecha, las palmas hacia el cielo, los pulgares se tocan, formando una línea derecha. Las manos descansan en los pies, los cantos en contacto con el abdomen. Los hombros están relajados. La punta de la lengua toca el paladar. La vista está puesta aproximadamente a un metro de distancia en el suelo sin mirar nada en particular.
La respiración zen solamente puede surgir de una postura correcta. Antes de todo se trata de establecer un ritmo lento, fuerte y natural, basado en una expiración suave, larga y profunda. El aire se expulsa lentamente y silenciosamente por la nariz, mientras que la presión debido a la expiración, baja con fuerza al vientre. Al final de la expiración, la inspiración se hace naturalmente. Los maestros comparan el aliento zen con el mugir de las vacas o con la expiración de un bebé que grita recién nacido.
La actitud del espíritu.
Sentados en zazen, dejamos que las imágenes, los pensamientos, las construcciones mentales, que surgen del inconsciente, pasen como nubes por el cielo - sin oponerse ni agarrarse a ellos. Como los reflejos en un espejo, las emanaciones del subconsciente pasan y pasan otra vez y terminan por desvanacerse. Y llegamos al inconsciente profundo, sin pensamiento, más allá de todos los pensamientos (hishiryo), verdadera pureza.Esa actitud de espíritu surge naturalmente de una concentración profunda en la postura y la respiración, y permite así controlar la actividad mental, resultando una mejora en la circulación cerebral.En efecto, el cortex (sede del pensamiento consciente) descansa durante zazen, mientras que la sangre fluye hacia las capas más profundas del cerebro, las cuales se despiertan de un estado de somnolencia, ya que están mejor irrigadas. Su actividad da la impresión de bienestar, serenidad, calma, liberando, totalmente despierto, las ondas cerebrales del sueño profundo 'alpha' y 'theta'.
El zen es muy simple, y al mismo tiempo bastante difícil de comprender. Es cuestión de esfuerzo y de repetición, como la vida. Simplemente sentado, sin objeto ni espíritu de provecho, si su postura, su respiración y la actitud de su espíritu están en armonía, entienden el verdadero zen, perciben la naturaleza de Buda.
¿Pero qué demonios tiene que ver todo esto con el entrenamiento de deportistas de élite? Según Phil Jackson tiene que ver y mucho con el estilo de liderazgo que ha de ejercer el entrenador sobre el grupo: La mayoría de los líderes tienden a ver el trabajo de equipo como una cuestión de ingeniería social: coge a un grupo x, añádele una técnica de motivación y y consigue como resultado z. Pero trabajando con los Bulls he aprendido que la manera más efectiva para forjar un equipo ganador es apelando a la necesidad de los jugadores de concectar con algo más grande que ellos mismos. Incluso para quienes no se consideran a sí mismos espirituales en el sentido convencional crear un equipo exitoso es esencialmente un acto espiritual. Esto requiere que los individuos vinculados renuncien a sus intereses personales por un bien mayor y así el conjunto sume más que la suma de sus partes. Esta no es siempre una tarea fácil en una sociedad en la que la celebración del ego es el pasatiempo nacional número uno. En ningun lugar esto es más cierto que en la atmósfera de invernadero de los deportes profesionales. A pesar de este mundo altamente competitivo he descubierto que cuando liberas a los jugadores para que utilicen todos sus recursos-mentales, físicos y espirituales- ocurre un interesante cambio en su conciencia. Cuando los jugadores practican lo que se conoce como plena conciencia- simplemente prestando atención a lo que de hecho está ocurriendo- no solo juegan mejor y ganan más, sino que también llegan a estar más en sintonía unos con otros. Y la alegria que ellos experimentan trabajando en armonia es una poderosa fuerza motivadora que proviene de lo mas profundo de uno mismo, no de un entrenador frenético que se pasea por la linea de banda lanzando al aire obscenidades.
La expresión estética más importante del zen son sin duda los famosos jardines secos. Representan el universo y están concebidos para inspirar vitalidad y serenidad. Contemplar un jardín japonés es como sumergirse en un sueño en el que las rocas son montañas, donde la grava se modula en forma de ondas provocadas por la caída de una gota imaginaria en un estanque, y donde las cañas de bambú, al moverse, dejan oír la música de sus emociones. Como un fluir constante de sensaciones, colores y texturas, el diseño de los jardines japoneses fue concebido, hace más de trece siglos, como un instrumento para conseguir la correcta percepción de la realidad. A diferencia de los occidentales, los jardines japoneses no están hechos para pasear. Se deben admirar como si se tratara de una pintura o una caligrafía, donde del desplazamiento del cuerpo y la apertura de la mente son esenciales. Los más bellos se pueden visitar en los templos de Kyoto , donde fueron concebidos como instrumento de meditación para los monjes zen.
El jardín zen más famoso de Japón es el que se encuentra en el templo Ryoan-ji, en Kyoto y yo he tenido la oportunidad de visitarlo este verano. Creado en 1473, en unos pocos metros cuadrados están dispuestas quince rocas en tres grupos de siete, cinco y tres, colocadas sobre un mar de grava rastrilleada. La foto que veis a continuación la tomé allí con mi propia cámara. Allí tuve la oportunidad de impregnarme de la filosofía zen y aproximarme ligeramente a la comprensión de la espiritualidad de ese genio del baloncesto llamado Phil Jackson.