En 1984 el escritor norteamericano Jay McInerney publicó la novela “Bright lights Big city”, desafortunadamente traducida al castellano como “Luces de Neón”. McInerney había tomado prestado el título de la canción compuesta en 1961 por el extraordinario bluesmen Jimmy Reed y versionada después por otros muchos artistas, entre ellos los Rolling Stones. En ella relata la historia de un escritor frustrado que se gana la vida como corrector de estilo en un diari
o neoyorkino. Asqueado de su trabajo, abandonado por su mujer, y peleado con su familia gasta sus noches recorriendo los clubs y discotecas de moda de Nueva York en busca de fiestas, mujeres, alcohol y cocaína. McInerney sitúa la acción en los años dorados de la cultura "yuppie", una época en la que ejecutivos, modelos, drogadictos y busconas cruzan sus caminos en las noches de una ciudad que engulle despiadadamente sus almas. Nueva York aparece retratada como un gigantesco imán de vanidades, un escenario vacuo en el que conseguir que el portero te deje pasar al club de moda equivale a lograr el reconocimiento social. La ciudad de Nueva York siempre ha ejercido una especie de fascinación sobre la gente. Es la capital del mundo. El lugar donde hay que estar o mejor dicho, el lugar donde quieres que los demás te vean. La ciudad sin alma ha puesto sus ojos en Lebron James. Los New York Knicks y los New Jersey Nets, cuyo traslado a Brooklin finalmente se ha aplazado hasta 2012, ya tienen un hueco en sus libros de cuentas y en los corazones de sus aficionados para acoger con los brazos abiertos a “El elegido”. A estas alturas ya nadie duda de que los Cavs, el actual equipo de Lebron James, va a hacer todo lo posible para satisfacer las pretensiones deportivas y económicas de Lebron. Lo que todos nos estamos preguntando es si será suficiente.
Varios detalles nos hacen ser pesimistas a los aficionados del equipo de Cleveland. El entorno mediático que rodea a Lebron, formado por managers, abogados, ejecutivos publicitarios de las marcas que patrocina, periodistas y algunos amigos ricos e influyentes como el rapero Jay-Z, le hacen ver día sí y día también que su sitio está en la gran manzana.
El papel de Jay-Z puede ser decisivo para convencer a Lebron. Junto a su esposa Beyonce Knowles ha desbancado recientemente a Brad Pitt y Angelina Jolie de la lista de matrimonios más ricos de Hollywood que elabora anualmente la revista Forbes. Cantante, productor musical y empresario de éxito con intereses en la industria hotelera, publicitaria, del cine y de la moda es además propietario de una parte de los New Jersey Nets y uno de los principales impulsores del traslado de la franquicia a Brooklin, el barrio en el que nació. Además de todo ello Jay-Z es un ídolo para James. Representa el tipo de vida que quiere tener y conoce a la gente con la que James quiere relacionarse, una gente cuyo estilo de vida quizá no esté tan alejado como podríamos pensar del descrito por McInerney en su novela. La maquinaria promocional ya se ha puesto en marcha y Jay-Z se ofrece como el acompañante idóneo para guiar a James a través del trayecto que ha de recorrer para convertirse en el deportista más rico y famoso de la historia.
¿Qué pensamientos ocuparán la mente de este chaval nacido de madre soltera en Akron, Ohio, y que durante su infancia casi vivió de la caridad cuando tenga que tomar la decisión en el verano de 2010? ¿Cambiará algo si consigue ganar el anillo con los Cavs este año o el que viene? ¿Influirá en su decisión el cariño demostrado por los aficionados durante estos años? Sólo él lo sabe y a nosotros sólo el tiempo nos lo dirá.

Jimmy Reed escribió la canción Bright Light, Big City pensando en una mujer. Bajo las luces brillantes de la gran ciudad ella parece tener la mente o el corazón en otra parte y él trata desesperadamente de convencerla de que sus sentimientos son sinceros.
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Bright light, big city, gone to my baby's head
Whoa, bright light, an'big city, gone to my baby's head
I tried to tell the woman, but she don't believe a word I said
It's all right, pretty baby, (gonna) need my help someday
Whoa, it's all right, pretty baby, gonna need my help someday
Ya' gonna wish you had a-listened, to some a-those things I said
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Ojala yo pudiera hablarle a Lebron. Posiblemente le diría algo muy parecido a lo que escribió en 1961 el gran Jimmy Reed:
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Las luces brillantes de la gran ciudad han nublado la cabeza de Lebron
He intentado hablarle a este chico.
Pero no cree una palabra de lo que le digo
Lárgate, tio… Algún día necesitarás de mi ayuda
No pasa nada, tío… Algún día necesitarás de mi ayuda
Desearás haber escuchado algo de lo que yo te decía
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