miércoles, mayo 28, 2008

LAS CINCO LEYES FUNDAMENTALES DE LA ESTUPIDEZ HUMANA

Dedicado a mi querido amigo Danny Ferry

Pocos autores han estudiado con mayor rigor la estupidez y sus consecuencias sobre el progreso social que el economista italiano Carlo M Cipolla (1922-2000) En su obra Allegro ma non troppo, publicada en 1988, realiza un breve análisis económico, demográfico e histórico de la estupidez humana y enuncia sus famosas leyes fundamentales:

Primera Ley Fundamental: Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación. Esto impide que seamos capaces de cuantificar el número de estúpidos que circulan a nuestro alrededor ya que cualquier estimación por alta que sea, se quedará corta.


Segunda Ley Fundamental: La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona. No todos los humanos son iguales ya que unos son más estúpidos que otros. El grado de estupidez viene determinado genéticamente por la naturaleza pero no está asociado a ninguna otra característica de raza, sexo, nacionalidad o profesión. En otras palabras: cualquier individuo, por racional que nos parezca, puede comportarse en un momento determinado de forma estúpida y lo peor es que podría cogernos por sorpresa.


Tercera Ley Fundamental (o de Oro): una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas. Carlo M. Cipolla clasifica a los seres humanos en cuatro tipos de personas:


  • Incautos: Aquellos cuyas acciones les causan un perjuicio a sí mismos, pero benefician a los demás.
  • Inteligentes: Aquellos cuyas acciones producen un beneficio para sí mismos, y simultáneamente también benefician a los demás.
  • Malvados: Aquellos cuyas acciones producen un beneficio para sí mismos, perjudicando a los demás.
  • Estúpidos: Aquellos cuyas acciones perjudican a otros, perjudicándose a la vez a sí mismos.

Imaginemos un individuo que en un bar deja descuidada su cartera y alguien le roba cien euros. Estaríamos ante un incauto. Si el individuo que le roba el dinero sustrae limpiamente de la cartera esos cien euros sin causarle ningún perjuicio adicional estaría actuando como un malvado perfecto ya que el beneficio que obtiene es exactamente igual a la pérdida del otro, por lo que el conjunto de la sociedad ni gana ni pierde. Pero si el ladrón se lleva la cartera con los cien euros y no le devuelve la documentación se estaría comportando como un malvado-estúpido, ya que el perjuicio que causa al otro individuo y al conjunto de la sociedad es mayor que el beneficio que consigue.

En los extremos de esta categorización se hallan los individuos inteligentes, que realizan acciones de las que sacan provecho tanto ellos mismos como otros individuos y los estúpidos, que son aquellos cuyas acciones son perjudiciales tanto para ellos como para los demás.

Cuarta Ley Fundamental: Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los estúpidos son peligrosos y funestos porque a las personas razonables les resulta difícil imaginar y entender un comportamiento estúpido. Una persona inteligente puede entender la lógica de un malvado. Las acciones de un malvado siguen un modelo de racionalidad. El malvado quiere obtener beneficios. Puesto que no es suficientemente inteligente como para imaginar métodos con que obtener beneficios para sí procurando también beneficios a los demás, deberá obtener su beneficio causando pérdidas a su prójimo. Ciertamente, esto no es justo, pero es racional, y siendo racional, puede preverse y, por tanto, preparar la oportuna defensa

Con una persona estúpida todo esto es absolutamente imposible. Tal y como está implícito en la Tercera Ley Fundamental, una criatura estúpida nos perseguirá sin razón, sin un plan preciso, en los momentos y lugares más improbables y más impensables. No existe modo racional de prever cuándo, cómo y por qué, una criatura estúpida llevará a cabo su ataque. Frente a un individuo estúpido uno está completamente desarmado. La persona inteligente sabe que es inteligente; el malvado es consciente de su perversión y el desgraciado incauto está penosamente imbuido del sentido de su propia candidez. Pero al contrario que todos estos personajes, el estúpido no sabe que es estúpido y esto contribuye en gran medida a dar mayor fuerza, incidencia y eficacia a su poder devastador.

Macroanálisis y Quinta Ley Fundamental: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe. El estúpido es mucho más peligroso que el malvado. Si todos los miembros de una sociedad fuesen malvados perfectos, la sociedad quedaría en una situación estancada pero no se producirían grandes desastres. Todo quedaría reducido a transferencias masivas de riqueza y bienestar. Pero cuando los estúpidos entran en acción las cosas cambian completamente. Las personas estúpidas ocasionan pérdidas a otras personas sin obtener ningún beneficio para ellas mismas y, por consiguiente, la sociedad entera se empobrece y entra en decadencia. Por el contrario una sociedad prosperará en la medida en que el porcentaje de individuos inteligentes que en ella reside sea capaz de controlar y mantener a raya a los estúpidos y, al mismo tiempo, producir para ellos mismos y para los otros miembros de la comunidad ganancias suficientes como para que el progreso sea un hecho.

Sería un grave error creer que el número de estúpidos es más elevado en una sociedad en decadencia que en una sociedad en ascenso. Ambas se ven aquejadas por el mismo porcentaje de estúpidos. La diferencia entre ambas sociedades reside en el hecho de que en la sociedad en declive los miembros estúpidos de la sociedad se vuelven más activos por la actuación permisiva de los otros miembros.

Conclusión:

Cualquier organización formada por una pluralidad de individuos debería componerse, en principio, de una fracción de incautos, malvados, inteligentes y estúpidos proporcional al de la sociedad en la que dicha organización se encuadra. De igual modo el hecho de que los responsables de dicha organización pertenezcan a una u otra categoría determinará en gran medida la capacidad de dicha organización para progresar o entrar en decadencia.

Si tomamos como ejemplo un equipo de la NBA podríamos, analizando sus decisiones y actuaciones, clasificar a sus dirigentes en alguno de los cuatro grupos que establece Cipolla. Para mi, por ejemplo, y a la luz de sus últimas operaciones Chris Wallace, el GM de los Memphis Grizzlies, sería un incauto pues ha procurado un enorme beneficio a los Lakers con el traspaso de Gasol obteniendo mucho menos a cambio. Por idénticas razones Mitch Kupchak se ha comportado como un malvado.

Tambien tenemos casos claros de estupidez manifiesta, aplicable a aquellos dirigentes, como Danny Ferry o Isiah Thomas cuyas acciones constantemente producen perjuicios para su equipo sin provocar beneficios aparentes para otros. Me puedo equivocar pero creo sinceramente que el reciente traspaso entre Cleveland y Chicago a la luz de los resultados obtenidos por ambos equipos no ha beneficiado a ninguno de los dos.

Como aficionado de los Cavs, no me resigno a asistir impasible a la decadencia de mi equipo. Las decisiones estan en manos de un estúpido y las consecuencias pueden ser devastadoras.

¡¡¡¡Que alguien haga algo por favor!!!!

martes, mayo 20, 2008

¡BRAVO MAJETE! TE HAS GANADO UN "SUGUS"


Si este chino es quien te asesora para hacer fichajes felicítale de mi parte.

Y a tí amigo Danny que te den por el....
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domingo, mayo 18, 2008

IN LEBRON WE TRUST

CLE @ BOS 3.30 PM
SERIES TIED 3-3

viernes, mayo 09, 2008

TAL Y COMO ME TEMÍA...

La eliminatoria de semifinales de conferencia ante Boston se ha puesto cuesta arriba. Y no estoy sorprendido en absoluto. A día de hoy las posibilidades de enderezar la situación se me antojan mínimas. Veamos: Por un lado tenemos a un equipo aguerrido y experimentado, que cuenta con una gran plantilla, con la motivación que otorga el haber conseguido el mejor record de la temporada, varios jugadores que pueden decidir los partidos si la situación lo requiere y la urgente necesidad de saldar una deuda histórica. Por otro lado tenemos… a Lebron James. Nada más. El Elegido ha sido este año mucho más que el alma del equipo. Por desgracia, los estratosféricos números que ha conseguido no cabe interpretarlos como mérito propio sino como demérito de sus compañeros. King James se ha tenido que multiplicar para cubrir las deficiencias del resto del equipo en múltiples facetas del juego: rebotes, puntos, asistencias, tapones. Definitivamente, las estadísticas de Lebron este año son un mal síntoma porque, realmente, ¿con qué ayuda ha contado?

¿Con la de un entrenador más preocupado por hacer que sus jugadores defiendan, que por diseñar situaciones de juego que permitan aprovechar los recursos del equipo más allá de lo que pueda hacer Lebron?

¿Con la de un General Manager que ha deshecho el equipo a mitad de temporada para justificar su elevado salario con el único propósito de tapar errores anteriores con un error aún mayor?

¿Con la de unos compañeros preocupados por ganar más pasta, molestos por no tener más protagonismo, enfadados por jugar poco o centrados en recuperarse de sus lesiones? En cuanto a los jugadores que han llegado no voy a decir nada porque ya los juzgué en su momento. Simplemente añadiré que a día de hoy, ni siquiera se ve al equipo conjuntado.

Todas estos problemas han obligado a Lebron a realizar un esfuerzo durante la temporada que en una liga tan dura y con tantos partidos, aunque tengas 23 años y seas un portento físico, se acaba pagando. Si para remate en una primera eliminatoria a seis partidos te ves sometido al castigo físico al que los Wizards han sometido a Lebron, apaga y vámonos. No me extraña que Lebron haya estado tan desacertado en los dos primeros partidos ante los Celtics. La carga física y psicológica que ha soportado y el nivel de autoexigencia que él mismo se ha impuesto le están pasando factura. Y lamentablemente, la está pagando.

No quiero ser apocalíptico pero creo sinceramente que esta eliminatoria ya está sentenciada. No quiero que me llameis ventajista por publicar este artículo ahora que vamos 0-2. Recuerdo que vaticiné este desastre hace tiempo. Una cosa sí tengo clara. Si existe una posibilidad por pequeña que sea de dar la vuelta a esta situación depende de Lebron. Poca o ninguna ayuda va a recibir. Sólo él puede sacarnos las castañas del fuego. Como lo lleva haciendo toda la temporada.