lunes, octubre 16, 2006

QUINTIN DAILEY: ¡QUÉ CABEZA DE CHORLITO!

Quintin Dailey es uno de los más claros ejemplos en la historia de la NBA en los que queda de manifiesto que a veces el talento y el cerebro van cada uno por su lado.
Ante todo era un gran jugador. Fue elegido con el número 7 de la primera ronda del draft de 1982 por Chicago Bulls. Aquel año las tres primeras elecciones recaerían en James Worthy, Terry Cummings y Dominique Wilkins. Precisamente estos tres jugadores conformarían junto a Dailey y Clark Kellog el quinteto rookie del año al final de aquella temporada. Quizá ese fuese uno de los pocos reconocimientos que obtendría a lo largo de su carrera, marcada como pocas por multitud de problemas extradeportivos de muy diversa índole. Era un base talentoso, con gran visión de juego y veía aro con mucha facilidad. Sólo al final de su carrera sus promedios de anotación bajaron de los 15 puntos por partido. En los entrenamiento de los Bulls eran famosos sus piques con Jordan cuando practicaban el lanzamiento exterior.

Sus problemas empezaron pronto, cuando jugaba en la universidad de San Francisco, al ser acusado de irrumpir en la habitación de una estudiante de enfermería y agredirla sexualmente. Un buen abogado y una declaración de autoinculpación por el cargo de asalto le libró de tener que hacer frente a un posible delito de violación. Aquella resolución no contentó a la Organización Nacional de Mujeres de America que organizó una concentración a las puertas del estadio de los Bulls la noche de su elección en el draft. En los días siguientes llegaron a boicotear varios entrenamientos del equipo.

Aunque si duda fue el más grave no fue el único lío en el que estuvo metido. A raíz de sus problemas con la justicia, tuvo problemas psicológicos y necesitó tratamiento psiquiátrico. Como no podía ser de otra manera tambien tuvo problemas con las drogas. En febrero de 1986 incluso hubo de ser ingresado para tratar su adicción a la cocaína. Al finalizar aquella temporada los Bulls le levantaron la suspensión con la condición de que renunciara a su contrato y se buscase la vida en otro equipo.

Recaló en los Clippers, donde jugó tres temporadas. Su mejor temporada en el segundo equipo angelino fue la última: la 88-89 en la que llegó a ser lider de anotación del equipo. Fue más o menos por entonces cuando empezaron sus problemas con la báscula. En febrero de 1989 fue apartado del equipo por sobrepasar las 229 libras, 23 kilos más que en el año de su debut. No tardaría en reincorporarse a la plantilla pero en el equipo ya no confiaban en él. Al final de esa temporada lo traspasarían a los Sonics donde disputaría apenas setenta partidos en tres temporadas y tendría un papel menor.

Con todo, la situación más delirante que protagonizó en su vida fue la que le hace ostentar el curioso record de ser el único jugador de la historia de la NBA que ha encargado "comida para llevar" durante un partido. En efecto, la noche del 20 de marzo de 1985, durante el descanso del partido que su equipo, los Bulls, disputaban contra San Antonio Spurs, Dailey pidió a uno de los muchachos que se ocupan de los balones que pidiera prestados a un periodista conocido suyo cinco dólares y le trajera del bar del estadio una porción de pizza. Cumplido el encargo Dailey tomo la pizza y se la comió tranquilamente en el banquillo entre el cachondeo generalizado de sus compañeros y ante la atónita mirada de su entrenador.

Pocas veces vino más a cuento la famosa frase. "Madre mía. ¡Cómo están las cabezas!"

miércoles, octubre 11, 2006

JOHN WILLIAMS: UN JUGADOR ENORME

Al margen del doble sentido, que por supuesto lo tiene...
John Sam Williams es sin ninguna duda uno de los jugadores con más talento que yo haya visto jugar en mi vida. Debutó en la NBA en la temporada 1986-1987. Había sido elegido en primera ronda por Whasington Bullets con el número 12 del maldito draft del 86 tras haber estado sólo dos años en la universidad de Louisiana State. Su llegada a la liga iba a coincidir con el final de la época dorada de los ochenta, aquella en que Lakers y Celtics alternaban su hegemonía de la mano de Magic y Bird. Eran tiempos de cambio. El comienzo de otra era. Una en la que el talento físico iba a tener cada vez más importancia en el juego como quedaría claro después tras los dos anillos consecutivos ganados por los bad boys de Detroit y la posterior dinastía Jordan. En aquel contexto un jugador como Williams, con 2.06 de estatura y 120 kilos de peso que no dejaron de aumentar a lo largo de su carrera estaba condenado a la extinción. Demasiado gordo para jugar de base, demasiado lento para jugar de alero, demasiado bajo para jugar de pivot. Pero con talento suficiente para jugar perfectamente en cualquiera de las tres posiciones. Con la inteligencia y fundamentos necesarios para fajarse en el poste bajo. Con la fuerza y habilidad suficiente para atacar el aro desde los cinco metros. Con talento y visión de juego sobrados para conducir sin mayor problema la ofensiva de su equipo, cosa que hizo en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera. En su mejor temporada, la 89-90 promedió casi 8 rebotes, 5 asistencias y más de 18 puntos por partido. Durante tres temporadas consecutivas, la 89-90, la 90-91 y la 91-92 repartió más de cuatro asistencias cada noche.

Lamentablemente, sus problemas con la báscula terminarían truncando su carrera en la NBA. Una serie de lesiones, no necesariamente provocadas por su exceso de kilos, aunque sí agravadas por este le hicieron perderse infinidad de partidos. Cuando llegó a la liga se fijó oficialmente su peso en 260 libras (117,9 kg) a pesar de que no había bajado de los 120 kg desde su época de High School. Los Clippers, equipo al que fue traspasado en 1992, le asignaron oficialmente un peso de 295 libras (133,8 kg). Pero siempre estuvo muy por encima de su peso oficial. Al final de su carrera en la NBA, cuando militaba en Indiana Pacers, rondaba los 150 kilos. Todos los equipos de la NBA de los que formo parte le apartaron, en un momento u otro de su carrera de la plantilla a causa de su sobrepeso. Incluso se pasó toda la temporada 91-92 suspendido. En 1995 con sólo 28 años, arrojó definitivamente la toalla y se retiró. Tras una temporada en blanco se enroló en las filas del equipo de exibición de Magic Johnson con el que se dedicó a jugar torneos benéficos. En 1997 tuvimos la suerte de que eligiera España como destino para su vuelta al baloncesto de competición. En nuestro país, con signos evidentes de que su peso le importaba ya un carajo, impartió su magisterio en varios equipos: Coviran Sierra Nevada, TDK Manresa y Forum Valladolid, para finalizar su carrera en 2004 en las filas del CB Huelva de la liga LEB. En el año 2001 le vi maravillar a propios y extraños a orillas del Pisuerga. Pocas veces he visto a un jugador ejercer un control tan magistral sobre el juego. Allí, sobre el parquet, aquel tío gordo, lento y no muy alto dominaba a su antojo todas las facetas del juego y ejercía una influencia decisiva en su equipo.

Muchas veces decimos que tal o cual jugador tiene "clase". Probablemente no nos pondríamos de acuerdo a la hora de definir lo que eso significa. Para mí tener "clase" jugando al baloncesto es ser capaz de aprovechar al máximo tus recursos, hacer lo correcto cuando hay que hacerlo y conseguir influir en el devenir del partido logrando que tus compañeros sean mejores. Cuando las facultades físicas no te acompañan, como en el caso de Williams, hay que añadir una dosis extra de talento e inteligencia y entonces estamos ante un "superclase". Esa es la definición de "clase" que aparece en mi diccionario de basket. Y a su lado, como sinónimo, pone John Sam Williams.

De repente he comprendido porque Williams estaba tan gordo. Hace falta mucho cuerpo para albergar tanto talento.

miércoles, octubre 04, 2006

GASOL SE HA ECHADO NOVIA

Después de unos cuantos post entrañables y ¿por qué no decirlo? algo densos no esta de más frivolizar un poco el blog. Y qué mejor manera de hacerlo que indagando en la vida sentimental de nuestros jugadores favoritos, continuando así con aquella sección que tenía Wilt en su blog sobre novias de jugadores. El caso es que Gasol tiene novia. Lo cuenta el prestigioso medio de comunicación escrita "Qué me dices" Nuestro admirado Pau Gasol ha encontrado el amor. Cuando ya casi todos pensabamos que el zagal había salido trucha nos ha sorprendido al aparecer en público en actitud cariñosa con esta moza. El pibón en cuestión es de nacionalidad serbia y responde al nombre de Poianka. Como diría un amigo mio muy bruto "con ese nombre como tiene que f..." Esto... perdón por la salida de tono. El caso es que el jugador de Memphis Grizzlies organizó recientemente una comida en Barcelona durante la cual presentó a sus padres a la chica, formalizándo de alguna manera la relación.

Sin embargo no todo iba a ser amor y felicidad. La bonita pareja que formaban los guapos, jóvenes y multimillonarios Tony Parker y Eva Longoria se ha roto oficialmente. Fuentes oficiales cercanas a la Longoria han confirmado que la imposibilidad de vivir juntos, debido a sus profesiones tan dispares ha supuesto una barrera a la hora de consolidar la relación. Fuentes no oficiales de la novia dicen que Tony era un poco inmaduro (no lo va a ser, con 23 años) Fuentes no oficiales del novio dicen que a ella no hay dios que la aguante. Me quedo con esta última versión.

En fin. El amor es así. Gasol abandona el calabazas´club gracias a Poianka y Parker se ha quedado compuesto y sin Longoria. ¿Cual de las dos os gusta más?

martes, octubre 03, 2006

THE MEMORIAL DAY MASSACRE

Cada último lunes del mes de mayo tiene lugar en Estados Unidos la celebración de la festividad nacional llamada “Memorial Day”, en la que se recuerda a los militares norteaméricanos caídos en acto de servicio. Dado que los playoffs de la NBA se disputan más o menos desde finales de abril hasta mediados de junio y debido a casualidades del calendario tradicionalmente esta festividad ha coincidido con partidos decisivos de la postemporada, normalmente finales de conferencia aunque en alguna ocasión ha tenido lugar durante la disputa de la serie decisiva.

De todos los partidos disputados coincidiendo con la celebración de tan señalado día quizá el más recordado sea el primer partido de la final de 1985 disputado en el Boston Garden entre Los Angeles Lakers y Boston Celtics el 27 de mayo de 1985. Por primera vez en la historia las finales se disputaban con el formato 2-3-2. El resultado: 148 a 114 a favor de los Celtics. Una escandalosa diferencia de 34 puntos por la que este partido ha pasado a la historia con el nombre de “The Memorial Day Massacre” expresión acuñada originalmente para recordar la muerte de 10 trabajadores de la industria del acero a manos de la policía durante las manifestaciones del 30 de mayo de 1937 en protesta por la crisis del sector.

Algunos jugadores ofrecerían aquella noche un rendimiento extraordinario, como Danny Ainge, quien anotaría, él solito, 15 puntos en el primer cuarto, o Scott Wedman, quien lograría el récord de efectividad en un partido de las finales con un sobrenatural 11 de 11 incluyendo 4 de 4 en triples. Los celtics elevaron el baloncesto a la categoría de arte. El entrenador K.C Jones declaró: “Por momentos pensé que si nos hubieramos dedicado a lanzar de espaldas y con los ojos cerrados el balón hubiera entrado igualmente” Otros jugadores por el contrario iban a tener una actuación decepcionante, como Kareem Abdul Jabbar, humillado fuera y dentro de la cancha. No sólo tuvo que soportar los insultos de los aficionados célticos que le provocaban llamandole “viejo”. Además fue anulado completamente por Robert Parish, logrando solamente 12 puntos y tres miserables rebotes. Para su vergüenza.

Ningun jugador de los Lakers se sintió tan escocido por aquella derrota como el veterano pivot. Al día siguiente realizó una especie de autoflagelación situándose, en contra de su costumbre habitual, en la primera fila durante la proyección del video del partido mientras Pat Riley repetía una y otra vez las jugadas que ponían de manifiesto sus errores. Al término de la sesión se disculpó uno por uno con sus compañeros y les prometió que aquello nunca iba a volver a ocurrir. Según Riley, después de esto Jabbar tenía un brillo especial en los ojos y le envolvía un aire solemne. Entonces supo que su equipo iba a ganar aquellas finales. Kareem Abdul Jabbar se tomaría cumplida venganza en el segundo partido con una de las actuaciones individuales más prodigiosas que se recuerdan. 30 puntos, 17 rebotes, 8 asistencias y 3 tapones que llevaron a su equipo a la victoria por 109-102. Tan solo era el principio. La serie finalizaría con un 4 a 2 a favor de los Lakers. Con 38 años Jabbar sería nombrado MVP de las finales. Riley diría de él después: “ Jabbar es un desafío a la lógica. Es el más único y eterno atleta de nuestro tiempo, el mejor que tendreis oportunidad de ver. Disfrutad de él mientras siga con nosotros”

Este post se lo dedico a Pierce y a Wilt por razones obvias. Pero tambien a Wolf, a Sixers29 y a todos aquellos que ahora teneis, más o menos, la edad que yo tenía aquellos días. Han pasado algunos años. Hay otros jugadores sobre la cancha. Incluso el juego mismo ha cambiado. Pero algunas cosas permanecen inalterables. Hoy reconozco en vosotros la misma ilusión, la misma pasión que yo tenía y aún tengo por este deporte mágico. I love that game. I love this game. For ever.